6 jul 2014

ODA A LOS PIES

 

Invisibles pespuntes
siempre cosidos a la tierra.
Azabache o azahar en los pasos,
alas de caminante en vuelo.

Sé que cuando os cansáis  
salta el placer de aquel origen:
el ligero galope,
compartir equilibrios
y destronar al aire…

Hoy me servís para cualquier paseo:
como barcos de papel por el mar,
desnudos sobre arena de harina
o dando palmas sobre hojas de otoño.
Por caminos de piedra,
el calzado es siervo elegante.

Ahora os doy las gracias:
la caricia en mis manos
y el beso de soplo húmedo.
En el desván de las plantas
la música de las verbenas.

Si en un futuro no muy lejano
los pasos son lentos y cortos,
nuevos días se harán memoria
de otros tantos senderos,
esos que hice inmortales.

La emoción en circuito por la piel
encenderá la senda invisible
y como un vuelo de alondras
daré mi paseo de cada tarde.
 
 

 

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